Más vale prevenir que curar
Aquel chichón podría no haber sido nada, pero quería estar segura. Observé a Lily tumbada tranquilamente en la camilla, con la respiración superficial pero constante. “Eres una buena chica, Lily”, murmuré suavemente. “Echemos un vistazo más de cerca” Sus orejas se movieron como si lo hubiera entendido, permaneciendo quieta y paciente. Estaba decidida a desentrañar aquel misterio.

Más vale prevenir que curar
Una sala de espera ajetreada
La sala de espera bullía de actividad, llena de dueños de mascotas y niños curiosos que se asomaban por el cristal para ver a Lily. “¿Está bien?”, preguntó una niña. “Sólo la están examinando”, respondió su madre. A pesar de la atención, Lily mantuvo la calma, su tranquila fortaleza se hizo evidente mientras soportaba los ojos vigilantes que la rodeaban.

Una sala de espera ajetreada