El veterinario interviene
La veterinaria llegó rápidamente, con la mirada fija en la pantalla de la ecografía mientras se inclinaba para estudiarla a mi lado. Su expresión se volvió tensa mientras intentaba interpretar lo que veíamos. “Estas figuras no se comportan como deberían”, observó, con un tono preocupado. Asentí con la cabeza, reconociendo la misma alarma en su rostro. No era nada de lo que habíamos previsto. “¿Cuál es nuestro siguiente paso? Pregunté, sintiendo la creciente presión.

El veterinario interviene
Darse cuenta del peligro
Nos quedamos mirando las imágenes cambiantes, ambos intentando medir el riesgo al que se enfrentaba Lily. “Esto parece preocupante”, dijo la veterinaria en voz baja, con palabras llenas de preocupación. Asentí, sintiendo lo urgente que se había vuelto el asunto. Teníamos que actuar con rapidez si queríamos protegerla. “Convoquemos una reunión”, sugerí, decidida a actuar con rapidez. La veterinaria asintió e inmediatamente cogió el teléfono. Cada segundo era vital para la supervivencia de Lily.

Darse cuenta del peligro